El nuevo milenio ha llegado marcando casi simultáneamente  en forma coordinada el limite por el cambio de paradigma.
 

La caída del muro de Berlín fue el fin del viejo paradigma que comenzó con la Revolución Industrial.

A partir de este acontecimiento histórico donde la fuerza de la libertad hizo explosión y se concretó la realidad de naturaleza.

Así Francoise Dolto en el Prefacio  del Libro  de Maud Mannoni  ha escrito  “La civilización es un estado que se mantiene sólo mediante el valor de cada uno de sus miembros y el intercambio creador entre ellos. No es necesario que la civilización se mantenga a costa de psicosis y neurosis devastadoras cada vez más precoces”.

Esta nueva etapa de vida paradigmática como todo cambio encierra en primer lugar que nada va a ser como fue y que esto no depende de nuestra voluntad, la vida no fue, no es y no será lo que nostros querramos sino que simplemente es, fue y será  lo que era es o deba ser.

Nada es más difícil de aceptar y por supuesto de entender que la más clara y sencilla realidad.

Cuando vemos la vida a través de anteojos recetados estos nos permitirán ver en tanto y en cuanto no cambie nuestra patología, pero si esta cambia ya sea porque por ejemplo nuestra salud empeora, empezaremos a ver menos o a no ver. 

Si persistimos en no cambiar los anteojos, nuestra vida empezará a transitar un camino lleno de peligros y de accidentes voluntarios.

Si cambiamos los anteojos y quizás la nueva receta sea mejor que la anterior nuestra visión mejorará quedando igual o mejor que antes y esta disminución visual que fue el cambio de nuestro paradigma visual, por nuestra actitud de enfrentarlo con coraje y decisión nos acercará a un mundo de oportunidades y de nuevos proyectos.

Ver la nueva economía como el surgimiento de nuevas tecnologías es no comprender al decir de Porter que esta realidad se define como el cambio de los conceptos.

Pasamos de una sociedad donde la materialidad era el dios y la inmaterialidad era la nada.

En este nuevo paradigma solo será eficiente y tendrá reconocimiento, aquello que agregue valor y todo aquello que no lo produzca terminará desapareciendo o será gratuito.

A nadie hoy se le ocurre pensar que alguien tenga que pagar para respirar en el sentido de tomar oxigeno del aire. En un futuro muy cercano habrá un sin número de necesidades humanas que serán satisfechas en forma gratuita.

Es decir que la transferencia de valor es el big ban del nuevo paradigma y saber aceptar y descubrir donde se depositarán los nuevos valores económicos de la humanidad es el desafío de las sociedades modernas.

Bajando al llano del pensamiento común creo que arriesgaría decir que el camino para la oportunidad es como siempre la educación pues solo quienes estén preparados y munidos de la mayor cantidad de herramientas podrán aprovechar y encontrar las nuevas oportunidades que en esta etapa de la vida se presenten.

La Biblia ya nos enseña que el trabajo eficiente es aquel que se realiza en el lugar, tiempo y en forma adecuada. Hoy adecuado quiere decir agregar valor.