Editorial - Diciembre de 1999

SE TERMINA LA IGNORANCIA

La revolución tecnológica con la aparición de las computadoras personales, ha provocado como su primer consecuencia, una fractura del viejo paradigma y su reemplazo por el nuevo. 

En materia educativa, existía una explicación a lo inexplicable. La ignorancia en muchos países del mundo se justificaba como la consecuencia natural de las zonas pobres.

Es decir que la falta de recursos económicos aplicados a la educación y la falta de una red de asistencia social justificaba la inexistencia o pésimo servicio educativo por un lado o la inasistencia a clase por el otro.

Esto gracias a dios está a punto de culminar en los próximos años. 

Hoy por hoy, los adelantos tecnológicos disponibles a un costo ínfimo o sin costo están por demostrar y poner de manifiesto una realidad. Para educar no hace falta plata, lo que hace falta es amor, mucho amor y voluntad de querer enseñar.

Simultáneamente, lo que hace falta también, es que no haya un grupo social que se beneficie con la ignorancia del prójimo y desaliente todo esfuerzo para que esta situación cambie.

Esto último pareciera una expresión irresponsable y una injuria a quienes conviven con este flajelo. Sin embargo es una realidad que aunque alcance a unos pocos me luce que en algún lugar del planeta vienen logrando sus objetivos.-

La educación es un derecho humano que tiene toda persona y su negativa por cualquier medio o forma que se ejercite produce los mismos efectos que la falta de alimentación suficiente, la falta de oxígeno suficiente, o cualquier actividad que ponga en peligro la vida humana o su libertad.

No hay sociedad en el mundo que pueda lograr un estándar de vida aceptable para sus miembros sino respeta este derecho sagrado al que tiene toda persona y esto se respeta de una sola forma, no siendo indiferente a las necesidades del prójimo, actuando en forma solidaria para dar respuesta a esta necesidad, poniéndola en primer lugar en la tabla de valores.

Primero se estudia, después se respira, después se come.

Esto quiere decir, que la necesidad de construirse como ser humano íntegro requiere de condiciones que no pueden ser postergadas sin destruir en parte los derechos fundamentales a los que tiene toda persona.

El establecimiento de este orden, descubriría una realidad, la falta de educación aniquila tanto las posibilidades futuras de un ser humano, como la mala alimentación o la falta de oxigenación suficiente.

La gran diferencia entre estas comparaciones es que la alimentación y la oxigenación producen consecuencias casi inmediatas en cambio y no por ello menos grave, en la educación las consecuencias son mediatas.

Una forma de mantener la esclavitud en los tiempos y lugares que esta existió fue prohibir la educación de los esclavos.

Hoy por hoy quienes piensan de esta forma van a ser derrotados por el avance tecnológico.

El precio de las computadoras ha bajado a niveles insospechados y se espera que en un futuro cercano siga bajando. La conexión a Internet y el costo telefónico ya está al alcance de casi todo el mundo.

Todo esto sin lugar a dudas facilitará el sueño de todos los que amamos los derechos de las personas y su libertad. Este sueño se concretará el día en que todo niño tenga al alcance de su mano toda la información que necesite para gozar de una educación digna, para ser un ser humano útil y libre.

Esto que parece un sueño inalcanzable, se puede facilitar su concreción, si en cada escuela y en cada biblioteca de este mundo existiera una computadora conectada a internet disponible para los alumnos y las personas.

Sin educación la libertad es efímera, pues es la libertad del que no sabe elegir.

Sin educación no hay justicia, pues las víctimas no saben que derechos tienen y mucho menos como reclamar por ellos.

Sin educación no hay paz, pues tarde o temprano los oprimidos encontrarán como camino el de la violencia para manifestar su disconformidad.

Sin educación no hay seguridad, pues en algún momento los indiferentes, sufrirán las consecuencias de vivir en el medio de la opresión.

Toda persona, incluso los ricos y poderosos tienen que saber que hay un límite para ser indiferente a la marginación profunda de la pobreza. Esta solo termina con la educación. 
 

Prof. Dr. Heriberto Simon Hocsman

Universidad de Buenos Aires, Instituto Tecnológico Buenos Aires y Universidad Argentina de la Empresa 

Diciembre de 1999.

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